Hacia una teoría venezolana
sobre Gobierno Electrónico
Las TIC hoy en día
constituyen el eje articulador de un nuevo paradigma de organización de la sociedad,
que se evidencia en la incorporación de la información a los productos en su composición
material, en los procesos de producción y en la materialización de la misma
como producto privilegiado de la economía (Martín Barbero, 2004).
Ante este nuevo
paradigma de organización de la sociedad, se le impone una inminente transformación
al Estado. Ello provoca el surgimiento de lo que se conoce como Gobierno Electrónico,
entendiéndose como la incorporación progresiva de tecnologías de información y comunicación
en la gestión pública, teniendo sus primeros antecedentes en 1972 en Dinamarca,
cuando las municipalidades danesas organizaron su propio servicio proveedor de
TIC para compartir los servicios.
Pero no es sino hasta
1990 cuando, a través del “Consenso de Washington”, se articuló una política
desde “La Casa Blanca” que dictaminó el carácter estratégico de las reformas estructurales
para el crecimiento económico, inscritas en el modelo de la famosa
modernización del Estado.
En 1993 el gobierno
norteamericano de Bill Clinton, bajo el liderazgo del Vice-Presidente Al Gore,
inicia una estrategia agresiva que hace énfasis en la creación de un régimen
orientado a las regulaciones a través del Comercio Electrónico, con la idea de
generar agencias virtuales articuladas a través de portales web muy utilizados
por el mercado, organizados en función de los clientes, construyendo así una
relación Estado-ciudadano basada en la interactividad, la eficiencia y la
accesibilidad desde el modelo 7x24x365 extrapolado desde el mundo de los negocios.
Esta perspectiva
mecánica sobre el Gobierno Electrónico ha permeado la mayoría de las políticas
públicas en América Latina y ello lo podemos advertir, en principio, en dos de
los autores que más han influenciado esas políticas: Michiel Backus (2001) y
Royers W´O Okot-Uma (2001). Pensamos que en el caso venezolano, resulta
necesario (como lo han demostrado algunos actores clave en materia de Gobierno
Electrónico en el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología)
revisar los antecedentes, teorías y agendas de otros países de manera crítica,
intentando separar la dimensión operacional (que siempre será de utilidad para implementar
las políticas públicas) de la dimensión epistemológica, ya que desde esa perspectiva
es que podemos advertir los propósitos, aportes y limitaciones de esas
experiencias.
Marco epistemológico de las teorías
foráneas sobre Gobierno Electrónico
(Gobierno Electrónico)
Backus (2001)
considera que el Gobierno Electrónico es una de las dos dimensiones de la gobernanza electrónica, siendo la democracia
electrónica la otra dimensión. La gobernanza electrónica “is defined as the application
of electronic means in the interaction between goverment and the citizens and
goverment and businesses, as well as in internal government operations to
simplify and improve democratic, goverment and business aspects on Governance”.
De
manera que la gobernanza electrónica se construye desde una dimensión paradigmática
como la democracia electrónica (relación entre el gobierno y los ciudadanos) y una
operativa como el Gobierno Electrónico.
Gartner (2000, citado
en Backus, 2001) plantea una perspectiva evolutiva (figura 1) en la que se desarrolla
la gobernanza electrónica, partiendo desde el nivel de información (fase de
presencia en la web para proveer información a los funcionarios y ciudadanos),
y pasando por el nivel de interacción (uso de herramientas interactivas como el
correo electrónico, el chat y los motores de búsqueda para la comunicación
entre gobierno, funcionarios y ciudadanos), la fase de transacción (se
concretan trámites a través de los portales de gobierno, como la declaraciones de
impuesto) y llegando a la fase de transformación en la cual se concretan todos
los procesos a través de una ventanilla única (un solo portal web para lograr
todas las aspiraciones de la gobernanza electrónica).
Fuente: Universidad de los Andes.
Dr. Pedro Rincón Gutierrez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario